Chiclayo y otras heterotopías
Para estudiar y comprender el crecimiento urbano informal en la periferia de las ciudades, localizadas en valles costeros del Perú, el presente texto empleará estrategias, basadas en una descripción ontológica del modo en el que los pobladores transforman la tierra y construyen la vivienda progresivamente en esos lugares.
El espacio actual de la nueva ciudad, no está definido por las regulaciones, ni por la retórica moderna de la orden. Estos bordes en expansión estan siendo construidos por un orden emergente. Este orden proviene de repetido movimiento de individuos en su camino de apropiación del suelo y autoconstrucción de su vivienda. El recorrido independiente y desordenado de cada poblador-constructor, repetido muchas veces llega a mostrar ese orden, un patrón diferente a la orden impuesta por las regulaciones. Esta generación espontanea, proviene de la coordinación involuntaria dentro de la red de determinaciones compuesta, en un primer plano, por cada poblador y su terreno.
En esta repetición, el lenguaje político que transforma el material disponible en la forma expresada, no asume el modo discursivo de la retorica formal bien intencionada y perversa, predicada por la burocracia y la academia. Ese lenguaje común compuesto de fragmentos incompletos de ciudad, es dejado a merced de la operación de sus propios mecanismos sociales de determinación y auto-determinación. Estas máquinas políticas autonomas, liberan la expresión y acción (el lenguaje constructivo de la ciudad), como respuesta a las restricciones de la subjetividad voluntarista e interesada de los predicadores y ejecutores políticos y financieros de la orden.
De esta manera, el lenguaje de la urbanización informal posee la potencia y libertad (determinada por la red autonoma), necesarias para dividirse y repetirse asimismos hasta el infinito. El catálogo heterogéneo de fragmentos, es una biblioteca de símbolos que permite combinaciones y configuraciones infinitas del lenguaje técnico y político informal, que permitiría rastrear en un solo instante, los mecanismos de ese orden emergente.
De este modo el orden emergente, cobra autonomía del tipo que favorece la creación de configuraciones espaciales imposibles, e incomprensibles para el funcionario abocado a cumplir la orden, quién pasmado ante la infinita repetición, la excomulga y segrega. Esta auto-organización se inicia cuando la regulación urbanística no es más el espacio donde el lenguaje descentralizado y fragmentado, del ciudadano autónomo, adopta una forma (estilo, retórica o lenguaje). Pero el sitio donde estos fragmentos de terreno, son recapturados y consumidos por ese sujeto, en un lugar circunstancial que aparece a modo espejismo entre la técnica y la política.
El devenir de este sitio, la periferia de las ciudades costeras, es un no-lugar, inubicable, inrastreable, inlocalizable, pues colecta las reglas sociales del pasado en un catálogo voluminoso en términos tanto de compendio como de espacio tridimensional, cuyo murmullo permanente será consolidado entre otros “volúmenes”, a continuación de todos y previamente de todos los otros volúmenes, sin referencia cronológica, antecedentes, temporalidad y secuencia definida.
Este texto fue inspirado por la lectura del artículo publicado por Knight (2017), cuya referencia es la siguiente:
Kelvin T. Knight (2017) Placeless places: resolving the paradox of Foucault’s heterotopia, Textual Practice, 31:1, 141-158, DOI: 10.1080/0950236X.2016.1156151