Orden y territorio

Orden es el paradigma modernista todavía vigente, que busca y representa un prototipo del mundo y en consecuencia el desarrollo ideal en las actividades humanas. Extrapolando este pensamiento en la configuración del espacio, el orden se representa a traves de la geometría, que permite su cuantificación y distribución. En este contexto, el territorio se concibe como el espacio donde se ejerce soberanía 1, es decir puede ser alterado o modificado a partir de la idea elaborada a través de las ciencias.

De este modo, el ordenamiento territorial se puede interpretar como un enfoque para abordar de forma racional el planeamiento administrativo del espacio. Esta actividad considera al control y a las regulaciones como herramientas fundamentales para la implementación del ideal del orden. En esta dimensión, la imagen ideal del espacio traducido en normas se encuentra tanto con el funcionamiento volatil e incierto de la sociedad, como con su manifestación en el uso del suelo.

agroideas Fuente: Agroideas, 2022

Caos y gestión

Ese devenir contingente que influye en la manifestación material del territorio requeriría una representación y gestión acorde a su dinámica. La teoría de la complejidad ofrece una plataforma conceptual y práctica para describir los sistemas de interacción entre el ser humano y la naturaleza. El territorio observado de esta manera puede enfocarse en aquellas relaciones, en las diferentes escalas en las que se presenta. La red socio-espacial como modo de representación, da lugar a un enfoque de gestión donde el individuo adquiere explicitamente el rol de actor que, a través de las interacciones, transforma al territorio.

Las instituciones y reglas formales vigentes en todas las escalas proveen un marco racional aunque azaroso en su respeto y cumplimiento. Adicionalmente, en condiciones de libre mercado, la estructura economica influye en aquella auto-organización territorial. El movimiento depende pues de los intereses y objetivos de los individuos. Las relaciones de cooperación y competencia, al igual que el espacio físico, se configuran de forma descentralizada.

Abordar lo incierto de la estructura, sus interacciones, y sus resultados emergentes es un desafío de la gestión territorial. La comunicación entre actores es útil en este escenario contingente. Las reglas formales o informales que aportan flexibilidad y cooperación son bienvenidas. El cambio cultural propuesto por el proceso de descentralización, y los mecanismos de gestión presupuestal a escala local, cuya implemenmtación en el Perú, en estos últimos 20 años, son ejemplos de adopción progresiva de este nuevo paradigma complejo y adaptativo.

Referencia

  1. Elden, Stuart. 2013. The Birth of Territory. Chicago University Press, Chicago.