La operación del mercado y la gobernanza territorial

La construcción y recuperación de las infraestructuras de control o regulación de las funciones ecosistémicas, se enmarca dentro de una red de comando que opera en las diversas escalas territoriales, en la que el recurso se emplea o intercambia. Este esquema de gestión puede estar definido por claros regímenes de gobernanza, derechos de propiedad, normas institucionales y bien establecidos actores o grupos de interés.

El mercado generado por las nuevas iteraciones de los instrumentos de manejo ambiental, como es el caso de los servicios ecosistémicos, se orienta hacia reducir la incertidumbre generada por los cambios geográficos, las variaciones económicas y los vaivenes políticos. En todo caso estas turbulencias generan, tanto riesgos que enfrentar, como oportunidades económicas para aprovechar.

La búsqueda de esquemas de gobernanza predecibles, para asegurar la inversión y la ganancia, se traduce en normas e instituciones que regulan la interacción entre actores, empleando instrumentos de valoración económica como las retribuciones o los costos de oportunidad, fundamentados en aquel esquema de servicios ecosistémicos.

Gobernanza policéntrica

Los actores involucrados en la gobernanza generalmente toman decisiones de forma autonoma, aunque tomando en cuenta el comportamiento de los agentes con los cuales comparten el uso del recurso.

Esta estructura descentralizada se denomina policéntrica, y su funcionamiento en la gestión de los recursos, fue estudiado desde la década de 1960 por un grupo de investigadores entre los que destacaba Elinor Ostrom.

Esta autora identificó cuatro principios de diseño institucional que caracteriza este tipo de sistemas de gobernanza policéntrica:

  • Los recursos tienen un límite definido claramente

  • El uso y la provisión es adaptado a las condiciones locales

  • Las reglas y las decisiones son adoptadas por un colectivo de usuarios

  • El derecho al auto-gobierno es reconocido por las autoridades de los niveles superiores

El estudio y validación de estos principios, puede ofrecer opciones de acción social para una gestión participativa de los recursos hídricos, en las cuencas que abastecen agua para diferentes usos en la ciudad de Lima. En todo caso, como siempre, habrá que interpelar críticamente esta aproximación, quizá desde el punto de vista de la incorporación de la dimensión espacial en esta gobernanza de los sistemas de producción.