Fase III del PDC: Imaginando el futuro del territorio
Cuando hablamos de planificación estratégica territorial, no basta con entender el presente ni analizar los problemas públicos. En algún momento, como sociedad, se debe imaginar el futuro que queremos construir. Y ese momento llega en la Fase III del Plan de Desarrollo Concertado (PDC), llamada por CEPLAN el “Futuro Deseado”.
🌱 Del diagnóstico a la decisión
Después de haber recorrido las etapas de diagnóstico participativo, análisis FODA, y formulación de escenarios posibles, esta fase plantea una pregunta clave:
¿Qué territorio queremos ser?
Para responderla, CEPLAN propone en su Guia (Figura 11) tres bloques metodológicos que se conectan en un flujo claro y potente:
🔹 1. Objetivos estratégicos del desarrollo
Aquí se priorizan los grandes rumbos de transformación. A partir de las variables estratégicas y los escenarios discutidos, se seleccionan objetivos viables y de alto impacto, utilizando matrices de priorización que confrontan viabilidad política/técnica con capacidad de transformación.
En el caso de Pisco, podrían incluir:
- Consolidar el nodo logístico multimodal (puerto + tren + aeropuerto)
- Gobernar el crecimiento urbano informal con justicia territorial
- Apostar por la transición energética en la región
- Promover cadenas de valor logísticas y digitales
🔹 2. Escenario deseado
Es el momento narrativo. Se redacta una visión coherente, realista y deseable del territorio en 10 o 15 años. Esta visión debe integrar las tendencias (como el aumento del comercio con Asia o la automatización portuaria) con las capacidades locales, pero también plantear rupturas positivas: por ejemplo, la emergencia de una gobernanza territorial colaborativa entre municipalidades, comunidades y actores económicos.
🔹 3. Estrategia territorial
Aquí se define el “cómo”. ¿Qué apuestas territoriales se deben activar? ¿Qué enfoque guía el accionar público: logístico, resiliente, agroexportador, turístico, mixto? ¿Qué grandes proyectos se convierten en símbolos del desarrollo concertado?
Se redacta finalmente una declaratoria estratégica del territorio, que será la hoja de ruta para las inversiones, la planificación urbana, y el rol de los gobiernos locales.
🔍 ¿Por qué es clave esta fase?
Porque permite transformar el conocimiento técnico acumulado en decisiones colectivas. No se trata de listar proyectos ni de hacer “shopping list” de inversiones, sino de tejer sentido común territorial.
La Fase III es política, no solo técnica. Aquí se enuncian voluntades, se negocian prioridades, y se reconoce el poder constituyente que ya habita el territorio, especialmente en contextos como el de Pisco, donde la informalidad y el recurseo crean realidad más rápido que cualquier plan.