Técnicas de planificación
Vivimos rodeados de técnicas. Matrices FODA, indicadores estratégicos, mapas de usos del suelo, árboles de problemas. Todas ellas prometen ayudarnos a ver mejor el territorio, organizarlo, transformarlo. Pero, ¿qué realidad producen esas técnicas? ¿Qué lógicas de poder, deseo y soberanía las motivan? Esta pregunta es profundamente política.
🔧 Las técnicas no son neutras
Toda técnica de planificación es una forma de ver, de simplificar lo real, de definir lo que cuenta. Como ya advertía Foucault, estos dispositivos (discursos, indicadores, procedimientos) no son herramientas inocentes, sino tecnologías de poder.
Un Plan de Desarrollo Concertado no es solo un “esquema de futuro”, es una operación institucional que ordena el deseo y los intereses de los actores involucrados, bajo las reglas del Estado. Define lo que se puede proyectar, lo que se puede financiar, lo que se puede nombrar como problema público.
Cuando ProInversión o el Miniterio de Transportes priorizan infraestructura logística, cuando CEPLAN impone indicadores de gobernanza, o cuando una municipalidad ejecuta una obra a partir de una matriz de priorización, lo que está en juego no es solo eficiencia, es soberanía delegada por el Estado de modo que sea administrada por racionalidades técnicas.
👁️ ¿Y el territorio vivido?
La vida popular —recurseo, ocupación informal, rutas motorizadas no oficiales, autogestión— expresa otra racionalidad. No aparece en los indicadores, pero construye y provee estructura al espacio. Es una práctica territorial que nace del deseo, de la necesidad, del ingenio. Es lo que Spinoza llamó conatus: la potencia de cada ser para perseverar, organizarse, resistir.
Pero este conatus no cabe fácilmente en las hojas de calculo. Lo que las técnicas no pueden nombrar, lo convierten en “informalidad”, “problema”, “déficit”. Así, las técnicas despolitizan lo que en realidad es poder constituyente territorial.
⚙️ El deseo no se mide, se organiza
Detrás de todo proyecto técnico hay una economía politica enfocada en integrar, ordenar, conectar, atraer inversión. La logística ademas de estar compuesta por la infraestructura, es una ficción deseada de fluidez que permite la ocurrencia del intercambio de bienes.
Al perseguir esos deseos abstractos (competitividad, resiliencia, conectividad), se podrian invisibilizan los deseos concretos de quienes ya habitan el territorio. Sus rutas, sus conflictos, sus redes, sus maneras de producir espacio no caben en el plan pero ya están en marcha.
🌱 Componer con el conatus
El desafio no es rechazar las técnicas, sino recomponerlas desde abajo. Usar el árbol de problemas para leer conflictos reales, no solo categorías normativas. Usar el análisis de variables para integrar incertidumbres vernáculas. Usar el Plan de Desarrollo Concertado como campo de disputa, no como checklist.
Planificar desde el conatus no es romantizar el desorden, es reconocer y afirmar que la vida tiene su propia razón, y que cualquier política legítima debe partir de ahí.
“No se trata de imponer orden, sino de componer potencias.” No de controlar el deseo, sino de organizarlo sin sofocarlo.