Desburocratización sin proyecto productivo
1. El gesto tecnocrático
El paquete de 13 medidas anunciado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) del Uruguay, bajo la dirección de Gabriel Oddone 1, busca reducir costos y trámites en el comercio exterior. En términos técnicos, representan un avance hacia la simplificación administrativa, con impactos potenciales de ahorro estimados en US$ 20 millones.
Sin embargo, este tipo de medidas, aunque eficientes en lo micro y en el gesto político (ha sido llamado revolucionario), no abordan los problemas estructurales de la matriz productiva uruguaya, como la baja diversificación, la concentración en commodities, la dependencia de inversiones extranjeras, y la fragilidad fiscal. Oddone actúa, una vez más, como gerente del statu quo, apuntalando la “eficiencia” en un contexto donde el problema central no es la burocracia, sino la falta de un proyecto económico soberano.
2. Medidas sin política industrial
Las acciones como la eliminación de tasas (LATU, ANSE), digitalización de documentos o la implementación del Drawback son medidas típicas de una lógica orientada a la apertura y la facilitación del comercio, sin condicionalidad territorial o estratégica. No hay ningún indicio de:
- Promoción de encadenamientos productivos nacionales.
- Preferencias para PYMEs locales.
- Regulaciones que vinculen estas facilidades a transferencia tecnológica o empleo.
En otras palabras, si las medidas funcionan se estaría abaratando el comercio para todos, sin exigir ningún retorno estructural al país.
3. Riesgo de desprotección y pérdida de soberanía
Varias medidas apuntan a relajar controles, como la autocertificación de origen, la eliminación del certificado negativo o la intervención optativa del despachante de aduana en operaciones pequeñas. En principio parecen medidas racionales, pero pueden facilitar prácticas elusivas o desleales, especialmente en un país con estructuras débiles de control y fiscalización.
Esto se agrava si consideramos la actual penetración de capitales agrícolas, logísticos y energéticos brasileños y extranjeros en Uruguay. Reducir filtros sin fortalecer capacidades internas es ceder soberanía en nombre de una probable eficiencia.
4. La economía como gestión de papeles
En un contexto donde el Estado carece de margen fiscal y de capacidad de inversión propia, la política económica queda reducida a la administración de trámites. Es el reflejo de un modelo donde el Ministerio de Economía actúa más como facilitador de operaciones externas que como diseñador de un rumbo nacional.
Las medidas anunciadas muestran un Estado más “ligero” y ágil en lo administrativo, pero cada vez más dependiente, periférico y sin agenda transformadora. Gabriel Oddone continúa cultivando la imagen de eficiencia, pero no hay un horizonte productivo o redistributivo claro.
La simplificación sin estrategia puede ser útil para las empresas transnacionales, pero no genera ni empleo calificado, ni encadenamientos, ni autonomía fiscal. Uruguay sigue gestionando el tránsito de mercancías y de mitos, pero no produce ni historia ni destino propio.
Referencias
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El Observador. (2024, julio 10). Ministerio de Economía anunció medidas de reducción de costos y trámites para facilitar el comercio exterior. El Observador. https://www.elobservador.com.uy/economia-y-empresas/ministerio-economia-anuncio-medidas-reduccion-costos-y-tramites-facilitar-comercio-exterior-n6007814 ↩